Omar y su Historia

Omar Carrasco pertenecía a una familia humilde, muy bien conformada y de buenas costumbres. La integraba su padre, don Francisco; su madre, doña Sebastiana Barrera, quien se ocupa de los quehaceres domésticos; su hermana menor, Claudia, de 16 años, y también su tía Sara, hermana de don Francisco. Todos se reunían alrededor de la mesa durante el almuerzo y la cena.
La madre se encargaba de la cocina y Claudia de la limpieza.

El padre era albañil, un obrero calificado. Omar solía hacer changas junto a él. También trabajó en una confitería y en una empresa de crianza de pollos. Últimamente trabajaba junto a su padre. No salía de noche. Jugaba al fútbol con los chicos del barrio. Su otra actividad era la de ser miembro de una Iglesia Evangélica Pentecostal, de la que había abrazado su credo con mucho entusiasmo. Era muy creyente y lector de la Biblia.

Era medianamente alto, con bajo peso y escasa circunferencia torácica. A pesar de eso, fue declarado apto para el servicio militar.
Llegó el 3 de marzo de 1994, día en que tuvo que madrugar para tomar el ómnibus que lo llevaría a Zapala, a la guarnición allí existente. El GA 161 consta de tres baterías: la “A”, la “B” y la “C y S”. A Omar le tocó en suerte recalar en la “A”.
No regresó.



Paisaje del barrio natal de Omar, el barrio 176 viviendas.


Su historia junto a sus padres.


En el GA161





Fuente: diario Perfil.